LIC. Héctor Braun ( a su memoria )
Silvina atendida en el Hospital Ameghino, era conocida como la “gorda de rosa”, por su voluminosa figura y su insustituible pullover.
Su primer desafío consistió y por cierto que no fue el último en “instalarse” en los pasillos durante todo el día y armar allí su espacio, logrando relacionarse con pacientes, auxiliares, terapeutas de todos los turnos.
Un terapeuta joven, concurrente, consulta en su supervisión acerca de una paciente que había sido derivada de otro turno, quien ya había armado varios escándalos, se había peleado con su terapeuta, la cual no sabía que hacer con ella, Silvina quería tratarse con un terapeuta varón. Además en la derivación comentan que la paciente era muy proclive a las actuaciones y que ellos pensaban que se trataba de una psicótica y si este intento no funcionaba sería recomendable una derivación a una institución psiquiátrica con el objetivo de internarla.
Silvina se había tratado durante algún tiempo con una psiquiátra en otro hospital, quien esta se suicidó y esto a Silvina la tenía desconsolada. Los escándalos de Silvina consistían en determinado momento de la tarde y fuera del horario de sesión, reclamaba a su terapeuta que la atienda, exigía ser escuchada, y cuando la terapeuta le decía que no podía porque tenía otras actividades, empezaban los gritos y escándalos. Comienza el tratamiento con este joven terapeuta estableciendo una buena relación, pero seguía armando escándalos en otros turnos.
Cuando Silvina estaba en sesión no hablaba, pasaban en silencio. Dr. Braun va a decir que su hipótesis era que se trataba de una locura histérica y sus escándalos, en la modalidad de actings que no eran otra cosa que un intento desesperado de ocupar un lugar en el Otro, su historia, su novela familiar afirmaban esto.
Hubo dos episodios que tuvieron consecuencias fuertes en cuanto al diagnóstico diferencial y a la posterior dirección de la cura.
- Uno de los días Silvina estaba destrozando literalmente el consultorio, volaban todo tipo de objetos, y no podían sujetarla entre varios, todo el hospital estaba pendiente de esta escena, ella no era ajena a esto, pero en medio de todo esto ocurre algo insólito, Silvina pregunta la hora y cuando se la dicen, se calma y dice con serenidad que se tiene que retirar pues está por empezar la novela.
- Segundo acto: Vuelven a llamar a su analista una tarde en que estaba furiosa, gritando, cuando él llega se calma, y dice estar triste, sentimiento que nunca había manifestado. El terapeuta le propone ir a caminar, y fue durante esta caminata que duró como tres horas, que Silvina comienza a hablar de su infancia, de su historia.
Esta caminata marcó un punto de inflexión en el tratamiento. Su discurso se hizo más fluído y sus actings cedieron tanto en frecuencia como en intensidad, aunque nunca desaparecieron del todo.
Desarrollo
Elegir un caso clínico y hacer de este un trabajo elaborativo, implica cierta transferencia con el caso, el título del trabajo, “De Piedras y Rosas” me interesó desde un comienzo, el análisis de una locura histérica, es todo un desafío, ya que el destino de cada uno de nosotros está en nuestros mitos y ellos tienen que ver con el lugar que ocupamos en el deseo de nuestros padres, el destino viene impreso y la lucha del neurótico es contra éste destino, éste fue el motor de mi elección.
En este trabajo intentaré abordar temas importantes para todo análisis como: diagnóstico diferencial, el ataque histérico, actuaciones, transferencia, compulsión de repetición, repetición, técnica y método psicoanalítico.
Freud nos enseña en “La pérdida de la realidad en la Neurosis y Psicosis” “…que cada neurosis perturba de algún modo el nexo del enfermo con la realidad, es para él un medio de retirarse de ésta y, en sus formas más graves importa directamente una huída de la vida real … su esclarecimiento no tendrá otro resultado …la neurosis…”.
“…En psicosis se perfilan dos pasos, el primero arranca al Yo de la realidad, en tanto, el segundo quisiera indemnizar los perjuicios y restableciera el vínculo con la realidad a expensas del Ello …”
“…Tanto en neurosis como psicosis expresan la rebelión del Ello contra el mundo externo, expresan su displacer ó, si se quiere, su incapacidad para adaptarse al apremio de la realidad …” (1)
Luego de varios análisis arriban a la conclusión que no se trataba de una psicosis, si no de una locura histérica, ya que los actings eran el intento de repetir lo reprimido en vez de recordarlo.
“ El ataque histérico es una fantasía proyectada a la realidad. ”
Los escándalos de Silvina, eran fuera de horario de sesión, en donde exigía ser escuchado, eran cada vez más intensos, con gritos, llantos y con violencia física; tiraba piedras contra la puerta del consultorio, pero luego lograban calmarla.
En “ Apreciaciones generales sobre el ataque histérico ”, Freud dice: …que estos ataques pueden ser incomprensibles y que son siempre la reanimación de impresiones infantiles…
“…Cuando se somete a psicoanálisis a una histérica cuyo padecer se exterioriza en ataques, uno se convence fácilmente de que estos no son otra cosa que unas fantasías proyectadas sobre la motilidad, figuradas de manera pantomímica. Fantasías inconscientes… a menudo un sueño sustituye un ataque y con frecuencia todavía mejor lo ilustra, pues idéntica fantasía alcanza una expresión diversa en el sueño y en el ataque…”
“…La figuración pantomímica de la fantasía ha experimentado, bajo el influjo de la censura, unas desfiguraciones análogas a la del sueño …”
(1) Freud, S.: “La pérdida de la realidad en la neurosis y psicosis” (1924) , en Obras Completas, Vol. XIX, Bs.As., Amorrortu Editores, 2da.Edición 1986, págs. 193 y 195.
“…Las desfiguraciones pueden dejarnos vislumbrar las resistencias que lo reprimido se ve precisado a tomar en cuenta aún cuando irrumpe en el ataque histérico…” (2)
A pesar del cambio de analista y de horario, la paciente seguía instalada en le hospital todo el día, sus entrevistas con su nuevo terapeuta varón, transcurrían en silencio, pero a las preguntas, contestaba amablemente con monosílabos.
Un día Silvina, que estaba destrozando el consultorio, objeto, sillas, volaban por el aire, en el medio de esta catástrofe, Silvina pregunta la hora y con serenidad dice que se tiene que retirar, pues empieza la novela.
¿Qué novela, la novela de todos los días, la novela que actuaba para recordar, la novela que actuaba para traer el pasado al presente, la novela que actuaba para poner en acto el eterno retorno de lo igual?
Como diría nuestro maestro en “Más allá del principio del placer”, que Silvina “…más bien se ve forzada a repetir lo reprimido como vivencia presente, en vez de recordarlo …en calidad de fragmento del pasado. Esta reproducción emerge con fidelidad no deseada, tiene siempre por contenido un fragmento de la vida sexual infantil y, por tanto, del Complejo de Edipo y sus ramificaciones, y regularmente se juega (se escenifica) en el terreno de la transferencia, esto es de la relación con el médico.
“… La proporción que se establece entre recuerdos y repetición, es diferente en cada caso. Por lo general el médico no puede ahorrar al analizado esta fase de la cura, tiene que dejarle revivenciar cierto fragmento de su vida olvidada …”
“…Esta Compulsión de Repetición se exterioriza en el curso del tratamiento psicoanalítico de los neuróticos… uno se enfrenta con la resistencia de lo inconsciente … lo reprimido … que aún no aspira a otra cosa más que a irrumpir hasta la conciencia …”
“…Los neuróticos repiten en la transferencia todas estas ocasiones indeseadas y estas situaciones dolorosas, reanimándolas con gran habilidad …”
“…Este eterno retorno de lo igual, nos asombra poco cuando se trata de una conducta activa de tales personas y podemos descubrir el rasgo de carácter que permanece igual en ellas …”
“…En la vida anímica existe realmente una compulsión de repetición que se instaura Más allá del Principio Placer …” (3)
En otros de los ataques de Silvina, en donde está furiosa, enojada y gritando, cuando el terapeuta llega se calma, y dice sentirse triste, él le propone ir a caminar; durante la caminata que duró 3 horas, Silvina había hablado muy poco pero por primera vez habla de su infancia y su historia, de su casa, de su abuela a la que amaba, de su escuela primaria, de sus padres, de su familia, quizás la única época feliz de su vida, sus actings cedieron, pero no desaparecieron del todo, se dio un punto de flexión.
Con respecto al eje central de todo tratamiento psíquico, la transferencia es algo necesario en el análisis, no hay medio para evitarla, y si aún Freud, el manejo de ella es la parte más importante del trabajo analítico y la más compleja.
(2) Freud, S.: “Apreciaciones generales sobre el ataque histérico” (1909), en Obras Completas, Vol. X, Bs.As., Amorrortu Editores, 2da.Edición 1986, págs. 207 y 209.
(3) Freud, S.: “Más allá del principio del placer” (1920), en Obras Completas, Vol. XX, Bs.As., Amorrortu Editores, 2da.Edición 1986, págs. 18, 19 y 22.
La transferencia pensada como motor y como obstáculo para la cura, pensémosla como reediciones, recreaciones de las mociones y fantasías que a medida que el análisis avanza no pueden menos que despertarse y hacerse conciente y sustituye a personas anteriores en la persona del médico.
Para Silvina las personas importantes habían sido sus analistas, la primera que no nombré antes de su psiquiatra, la segunda del primer turno del hospital y su analista varón actual.
“…La transferencia se produce, necesariamente en toda cura psicoanalítica y alcanza su consabido papel durante el tratamiento.”
“…Es entonces del todo normal e inteligible que la investidura libidinal aprontada en la expectativa de alguien que está parcialmente insatisfecho se vuelva hacia el médico. De acuerdo con nuestra premisa, esa investidura se atendrá a modelos, se anudará a uno de los clisés preexistentes en la persona en cuestión o como también podemos decirlo, insertará al médico en una de las series psíquicas que el paciente a formado hasta ese momento. Responde a los vínculos reales …imago paterna …imago materna.” (4)
Freud dice que los conflictos deben ser analizados sobre el terreno de la transferencia, por ello esto es el punto más importante de un análisis.
Silvina, el Lic. Braun y el joven analista nos muestran una vez más la eficacia clínica, ya que al psicoanálisis no la define ni el pago ni el diván, lo define su técnica, que en este caso el encuadre que fue variable, pero lo que es invariable es el método, ésta es la ética psicoanalítica.
(4) Freud, S.: “Sobre la dinámica de la transferencia” (1912), en Obras Completas, Vol. XII, Bs.As., Amorrortu Editores, 2da.Edición 1986, págs. 97, 98 y 101.
BIBLIOGRAFIA
- Braun, H.: “De piedras y rosas”, en Fischer, H y Col., Conceptos fundamentales de Psicopatología III (La Clínica), Bs.As., CEA, 1997, págs. 153-161
- Freud, S.: “La pérdida de la realidad en la neurosis y psicosis” (1924), en Obras Completas, Vol. XIX, Bs.As., Amorrortu Editores, 2da.Edición 1986, págs. 192-197.
- Freud, S.: “Apreciaciones generales sobre el ataque histérico” (1909), en Obras Completas, Vol. X, Bs.As., Amorrortu Editores, 2da.Edición 1986, págs. 205-209.
- Freud, S.: “Más allá del principio del placer” (1920), en Obras Completas, Vol. XX, Bs.As., Amorrortu Editores, 2da.Edición 1986, págs. 1-23.
- Freud, S.: “Sobre la dinámica de la transferencia” (1912), en Obras Completas, Vol. XII, Bs.As., Amorrortu Editores, 2da.Edición 1986, págs. 95-105.
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